Amor, yo quisiera darte un par de rosas
y para siempre con fuerza abrazarte
y poder saber que de eso tu gozas
y por un momento poder besarte.
Y mirarme reflejado un minuto
en tus hermosos ojos color miel,
ante ti sentirme yo diminuto
y decirte que siempre te seré fiel.
Quisiera que esto no tuviera un fin,
ser dueño de tu piel de terciopelo
y poder tocar tus labios de carmín
y acariciar suavemente tu pelo.
Que camináramos bajo la luna,
yo contigo diciendo cuanto te amo,
viendo juntos la tranquila laguna
y por nunca más soltarnos la mano.
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