El mar llora,
Las piedras agonizan,
Las aguas se detienen, tiembla la tierra,
el Fénix renace de entre las cenizas
y algo en mi me causa eterno gozo.
Todo a causa de tu mirada.
Un sortilegio inmortal,
inmenso, irrompible, infinito.
Los golpes que te dio la vida,
tus ganas de ser alguien,
la inocencia perdida,
los recuerdos que aún te atormentan,
todo eso eres tú.
Yo soy : el que no tiene esperanzas,
el que no tiene un camino, el vagabundo,
el artista fracasado, el intento de poeta.
Amor, locura e idiotez en su máxima expresión.
Pero el sortilegio causado por tus ojos
me invita a tomarte de la mano
y guiarte hacia la luz,
a demostrarte tantas cosas buenas en la vida.
¿Pero como podría yo guiarte
Hacia algo que no conozco,
si hasta aquella luna de cristal
conoce mi decadencia?
Solo el sortilegio que han causado tus ojos me lo dirá.
Y ahora sé que eres tú mi luz,
mi camino, mi poesía.
¿Cómo podría yo guiarte hacia ti misma?
Y fui:
Aquel que hizo del vino su dios,
del bar su templo,
del tabaco su meditación,
de la soledad su hastío.
Y ahora soy
el niño dentro del hombre,
quien solo ocupa una razón para vivir:
que mantengas vivo el sortilegio
que tus ojos han causado en mí.
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