Hoy que no estás duele
Sabina, duele Neruda, Nocturno ya no es para Rosario, duelen las horas, tu
ausencia, tu esencia, duelen las letras que fluyen y fluyen, el aire en mis
ojos, duelen la noche y la Luna, duele cada sorbo de café, duelen mis libretas empolvadas,
mis plumas secas, mis alas, mis cadenas. Duele el crucifijo, el espejo, mis
arrugas, la planta del pie, el torso, mis canas. Duelen las risas forzadas , las
cartas no escritas, las canciones no dedicadas. Duelen las cursilerías
adolescentes en cristales empañados, duele el frío sin tu cuerpo a mi lado,l a
ausencia de Dios y la falta de pecado.
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