Ahí están,
no se han ido ni se irán:
La sombra de
mis dedos reflejada sobre tu blanda espalda
La marca de
mis labios sobre cada lunar tuyo
El
recuerdo en tus caderas del éxtasis por
mi provocado
Mi mirada
nadando las olas de tu cuerpo
Mis
perversiones explorando tu relieve
Las palabras
que tatuó sutilmente bajo tu piel
Ahí sigue, en tu cuerpo, mi todo
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