Entre las pútridas flores
De un camino demacrado
Lloraron los insulsos apóstoles
Ante su maestro en la cruz masacrado.
Según parece tronaban los cielos
Y mil nubes lloraban
El legado de mentiras quedaba en
manos de sus ciervos
Mientras con merecida crueldad sus
miembros clavaban.
Hombre con don de palabra y vagabundo
Caminaba por sus tierras exaltando
ignorantes
Sembrando esperanzas en su credo
inmundo
Alimentados inhumanamente de sus
sobrantes.
Hijo de un carpintero y una adúltera
Ser de carne , verbo y mentiras
Esposo de una prostituta
Estandarte de las crueldades mas
frías.
¡Maldito sea el primero que expandió
tu palabra!
¡Maldito tu libro que al mundo
envenena!
¡Maldita tu cruz y tu corona sagrada!
¡Maldita tu fe que solo da pena!
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