Es una lástima que no estuvieras
En aquellos tiempos donde de cada noche
Nacía una tormenta
De cada susurro nacía un temor
En esos veranos en que mi alma era friolenta.
Es una lástima que no estuvieras
Cuando mis ojos al ver el mundo
Anhelaban llenarse de ceguera
Cuando la única luz presente en mi vida
Era la de aquel farol antiguo
Que iluminaba amargamente la plaza
De mis sueños carentes de colores.
Es una lástima que no estuvieras
Cuando mis lágrimas caían al suelo
Haciendo crecer bajo de mí la maleza
Que envenenaba un enfermizo universo
Infinito de negrura
Falto de tu grandeza.
¡Gracias por hoy estar aquí!
No hay comentarios:
Publicar un comentario