La armadura de porcelana se quebró
y brotó de el humano dentro de ella,
y sus miembros débiles
y sus pupilas marcadas por el llanto.
El viento volvió a soplar
y arrastro sus sueños,
murieron las aves en el jardín,
reino un espantoso silencio.
El tictac del reloj
se ahogo en cenizas de un pasado.
la noche lloro,
la luna su piel arrancaba.
La nostalgia estallo
derribando fortalezas invisibles,
su mente se torno caótica.
Un triste violín musicalizaba su tragedia,
mientras las palabras escritas en días anteriores ,
una a una perdían tristemente su significado.
El guerrero volvió a caer
y fue entonces que volví a ser yo,
débil y humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario